Visiones intraterricolas son los responsables del reportaje gráfico del libro "Narraciones Extravagantes" del autor Gonzalo Fernández, el músico Aterrmata en un espectáculo relámpago y secreto cambió las frecuencias sonoras del Café Cómics. Mientras que Omar Vega presentó la obra del desconocido autor.
24/8/12
Tue Tue y sus Narraciones Extravagantes, por Omar Vega
El
editor de la Biblioteca de Chilenia,
Emiliano Navarrete, me solicitó presentar el lanzamiento del libro
de un autor, para mi, desconocido. Se trataba de Gonzalo Fernández,
mas conocido en el fandom como Tué Tué, quien estaba incursionando
con una colección de cuentos para adultos. Debido a la falta de
tiempo, Emiliano me pasó el libro en estación Santa Lucía del
Metro, cerca de mi trabajo, y de allí nos fuimos caminando y
conversando rápidamente, por un par de minutos. El hacia otro
compromiso y yo de vuelta a mi trabajo.
Para mí, se trataba
de un misterio. De partida, Emiliano ya me había contado que todos
sus libros tenían la misma portada. Y en aquella se aprecia
claramente la pica en rojo y amarillo, claros indicadores de España,
pero enmarcada en la estrella araucana de 8 puntas, la Guñelve,
quien según algunos representa a Venus y de acuerdo a otros a la
flor del canelo, pero que sin dudas es un signo del pueblo Mapuche,
que tomó prestado el pueblo chileno para su propia bandera. El fondo
era parcialmente azul, del color profundo que es sagrado en la
cosmología Mapuche, y finalmente el blanco de la nieve dejaba en
claro que hablaba de Chile, y que estaba ante gente que algo sabía
de simbología.
Arriba se proclamaba
en letras pequeñas a su autor: Gonzalo Fernández, junto al extraño
título de Narraciones Extravagantes.
Eso despertó mi curiosidad, y leí la siguiente proclamación:
“sigue buscando cual será su cara definitiva, que construye
diariamente, esa que represente cada una de las personalidades que
padece este extraño sujeto que soy yo…”.
Eso es raro, pensé,
e imperdonable si el seudónimo fuese alguien de mi generación, pero
de inmediato vi que había nacido en 1985. Ah… un joven –pensé-
en busca de su destino, ya se le pasará. Pero la explicación surgió
de inmediato al ver que era Ingeniero Civil en Informática, pues, al
ser yo mismo informático, puedo dar fe que jamás he visto a nadie
cuerdo que trabaje en tecnologías de la información.
Para rematarla, busqué lo
que significaba el sinónimo Tué Tué, que nuestro autor usa en sus
redes sociales, así que recurrí a un video donde el agudo académico
Salfate se manda un discurso de 15 minutos sobre el Tué Tué o
Chonchón. Ahí me di cuenta que correspondía al viejo mito de la
lechuza que anuncia la muerte, y que sería una especie de vampiro
que les robaría la energía a los enfermos hasta mandarlos a la
tumba.
Miré las primeras páginas
y me encontré con algo parecido al logo de Batman. Era un dragón
alado tocando el Kultrún. ¿Qué extraño, me dije, dónde he visto
esto antes? Estaba seguro que el incluir imágenes de rock satánico
en libros de cuentos ya se había hecho.
Con estos
antecedentes extraños, me aboque a leer el libro lo más rápidamente
posible, para hacer una presentación decente, y salir del paso del
compromiso. Me dije a mi mismo que no soy
un novato en presentar libros, y entre mis haberes tengo la
participación en el lanzamiento de la
Segunda Enciclopedia de Tlön de Sergio
Meier, que es uno de los libros más bellos y complejos que jamás
leí. En comparación, esto será fácil, pensé. Es sólo un libro
de cuentos.
Pero entonces dejé
mis prejuicios de lado y comencé a hacer lo único que alguien debe
hacer para juzgar una obra: leerla. Pues jamás debemos juzgar una
libro por su cubierta, ni por el autor, y ni siquiera por la imagen
que este autor proyecta. Si tiene pinta de actor de cine, nada nos
asegura que su obra sea bella. Si es rico, puede que su literatura no
valga ni un peso. Si es pobre, puede que esté escribiendo oro
brillante. Si se presenta como artista de rock, puede que sus
escritos no suenen bien. Si se cree grande puede que sea un enano y
viceversa. La literatura tiene una larga historia de personajes que
no concuerdan con lo que escriben. Y estoy cierto que a pocos nos
gustaría encontrarnos en persona con un Poe o un Lovecraft, que nos
desilusionaríamos de Philip K. Dick, y que jamás dejaríamos
nuestros hijos pequeños al cuidado de Lewis Carol, ni menos de
Platón.
Entonces comencé a
leer y encontré un tesoro. Lo primero que hallé fue una lección,
una cita de Edgard Allan Poe, que dice “Todo lo que vemos o
parecemos es un sueño dentro de otro sueño”, y que me hizo de
inmediato recordar La Vida es Sueño
de Calderón de la Barca, la Metáfora
de la Caverna, de Platón, y La
Matrix. Todo lo cual me revelaba a un
autor profundamente angustiado con la metafísica de la vida.
No voy a revelar las
tramas y naturaleza de los cuentos, pero si quiero decir que me
gustaron muchos de ellos. Se trata de historias cortas donde más
allá de la trama y de los personajes, lo importante es una idea que
les da vida. Nos encontramos en ellos con seres extravagantes
y con personajes extraños, a veces en entornos sobrenaturales, pero
siempre en ambientes chilenos, muchos de los cuales son cercanos a
Concepción, lo cual revela raíces.
Gonzalo Fernández
nos habla de las fuerzas telúricas de Chile, y de los animales
míticos que las generan, asociando a monstruos gigantescos con
fenómenos naturales. En su libro se ven ecos de Jorge Baradit, y del
autor de fama internacional China Melville, en particular de su
Estación de Calle Perdido.
Pero principalmente sus fuentes son la mitología Mapuche y la
popular del campo Chileno, y también la del gran mitólogo chileno
Miguel Serrano, quien trajo elementos nórdicos y de la mitología
nazi al escenario sobrenatural nacional. Sin olvidar que la
influencia de Lovecraft parece permear todos los relatos. Pocos saben
que la mitología de Serrano ha tenido una fuerte influencia en la
literatura chilena, y que se le puede ver tanto en Los
Altísimos de Hugo Correa, como en
Caliz, Thule y los Dioses
de Antonio Montero, y en la obra de Baradit, entre muchos autores. Y
no es extraño pues mitos como los de la Tierra Hueca con una entrada
en la Antártida, Ygdrasil, el árbol del mundo, y la geománcia de
puntos terrestres, son irresistibles para crear literatura. Recuerdo
que años atrás Serrano envió una carta a La
Segunda, reclamando que se respetaran
los nombres geománticos originales de los cerros San Cristobal y
Santa Lucía, que debían ser Tupahue y Huelén, respectivamente. El
reclamaba que la tierra poseía puntos mágicos, donde se centraban
las energías, que podían ser dominadas por brujos e ingeniería
mística.
Gonzalo nos habla de
animales asociados a puntos naturales, los ríos y las cumbres de las
montañas, que se despiertan ante la intervención humana, generando
catástrofes. Se trata de criaturas gigantescas, cual las lombrices
monumentales de Duna, y que tienen en sus historia tanta fuerza como
aquellas. Todos seres que quizás tengan su origen en la antigua
leyenda Mapuche de la creación, y de las serpientes del mar y de la
tierra, quienes crearon a Chile en un cataclismo provocado por una
batalla crucial.
También nos habla de
criaturas fantásticas de la fantasía universal, pero que tienen un
brillo especial e inesperado en sus historias.
En muchos de sus
cuentos se puede interpretar de forma
ambigua la causal de la acción. ¿Realmente ocurrió por un hecho
sobrenatural? ¿O acaso estamos ante la descripción de la
esquizofrenia?
Además, nos
encontramos con muchos otros tipos de relatos, desde
instrospecciones , análisis de nuestra sociedad enferma y teorías
conspiratorias, como aquella de que los gringos controlan el clima,
hasta discusiones filosóficas, como una en donde medita sobre la
muerte. Por sobre todo, tendré que releerlo para investigar el
origen de muchos mitos que aparecen en él.
¿Qué puedo decir del
libro? Que aprendí muchísimo leyéndolo, y que me hizo pensar en
todo lo dicho. Que pasé un buen tiempo leyéndolo y que lo
recomiendo. Y que le deseo mucha suerte a Gonzalo Fernández.
22/8/12
Ensayo Posmodernistas de IC Tirapegui, un avance
¿Qué es "Ensayo Posmodernista"?, ¿un libro?, ¿un tomo de la Biblioteca de Chilenia?, ni IC Tirapegui sabe la respuesta.
19/8/12
Narraciones Extravagantes en GoodReads
Ya está disponible en GoodReads la obra de Gonzalo Fernández "Narraciones Extravagantes" para que puedan votar con las estrellitas que se merezcan el compendio de terror y ciencia ficción humorística del joven autor. Pasen con confianza al siguiente link.
12/8/12
Biblioteca de Chilenia en Librería GatoPez
Librería GatoPez, especializada en literatura de terror, ciencia ficción e ilustración, incorpora dentro de su catálogo a la Biblioteca de Chilenia, pueden buscar "Vilú, la renovación de los tiempos", "El secuestro de Robles Martínez" y en exclusiva "Narraciones Extravagantes" en su acogedor local. Revisen el mapa para que no se pierdan.
10/8/12
Ocultismo, un cuento perdido de Narraciones Extravagantes
El proceso creativo de "Narraciones Extravagantes" de Gonzalo Fernández ha sido el desafío editorial más crudo que halla tenido el equipo editorial de la Biblioteca de Chilenia. Clepanto, Gonzalo y yo tuvimos que aprender a controlar nuestra pasión para concentrarnos en la calidad. El autor se ha esmerado en mejorar su carácter como su gramática, mientras que Clepanto se puso a prueba con el borrador del compilado, mientras que yo he tenido que sortear muchos imprevistos en estos cinco meses de trabajo. El siguiente cuento, "Ocultismo", ha sido descartado más que nada por motivos económicos. Disfruten de este bocado previo al lanzamiento de "Narraciones Extravagantes".
.·.
–
Mira los secretos que se muestran en la puerta de la catedral.
–
Por favor Iván, son solo esculturas hechas por un artista.
–
Sí es cierto, Manuel. Sin embargo, mira esta escultura de Moisés,
nota que tiene cuernos en la cabeza y según algunos escritos
ocultistas, eso es un simbolismo de sabiduría y él era un gran
sabio. –Hizo una pausa para buscar otra escultura en la segunda
puerta de la catedral, seguido por su amigo– Mira esta otra, aquí
se ve un ave en su nido, la cual es un pelícano, el signo del
sacrificio, el olvido de sí mismo, que usan en la masonería.
–
¡Por Dios! No te das cuenta que esto fue un criterio del artista más
que entregar un mensaje. Es algo plenamente subjetivo y nada más. No
hay secreto en todo esto.
–
Tal vez tengas razón, Manuel. Sin embargo, siento que hay algo
básico en todo este simbolismo que le dieron los artistas a su obra,
sin importar si deformaron o no ese conocimiento con su subjetividad.
–
En fin, mejor voy ver si llegaron los otros ¿Me acompañas?
–
No Manuel. Me quedaré un rato más mirando esta puerta.
–
Está bien, pero no demores.
Iván
contemplaba la gran puerta de la catedral de la ciudad de Concepción,
maravillado por los simbolismos que veía en las esculturas de metal.
De pronto, sin previo aviso, él empieza a ver fórmulas matemáticas
desordenadas, diagramas y extraños rectángulos que cubrían
tridimensionalmente el edificio que tenía al frente suyo. Sin
embargo, no parece sorprendido por el evento, y con su mano mueve
algunos ecuaciones y diagramas, como si fueran hojas que arranca de
un árbol, y crea algo que no tiene sentido alguno para un hombre de
ciencia. Cuando termina de reunir todas las piezas de su obra
extraña, aparece un círculo lumínico entre él y la puerta de la
catedral, que no es notado por las personas que transitan por la
calle adyacente, solo por Iván quien sin mucho temor ingresa por él,
para luego cerrarse por completo.
Manuel llega al lugar donde
estuvo su amigo, pero no sabe por qué tenía que ir ahí. Intentaba
hacer memoria de la razón que le llevó estar en ese lugar
precisamente, como quien trata de recordar un sueño. Sin embargo, no
pudo recordar y decidió ir donde estaba su grupo de amigos que lo
esperaba para ir al Barrio Estación. Manuel no lo sabía, pero Iván
había trascendido a un plano de la realidad desconocido por él y
que provocó que su existencia fuera un recuerdo nebuloso en la
memoria y registros de todos. Iván no se convirtió en un dios, sino
en un explorador de los secretos de las distintas capas de la
realidad y del multiverso.
8/8/12
Luis Saavedra presentando "El secuestro de Robles Martínez"
- La ciencia-ficción como objeto y tema.
Pablo Rumel dice en una entrevista
sobre su novela: “Es una mixtura
que vista desde muy lejos (o muy cerca) se emparenta con la novela
negra y la ciencia-ficción. Combina ambos elementos en diversas
dosis, aunque no me gusta catalogar lo que hago, pues me salió la
novela de esa forma. No hubo una intención deliberada, hecha
totalmente a conciencia de mi parte, de mezclar novela negra con
ciencia-ficción.”
Recuerdo a Bolaño y su admiración por
los autores rusos de ciencia-ficción, una admiración que no nacía
del sentido de la maravilla por las ideas tecnológicas o
científicas, sino por una estética vintage basada en la esperanza
del ser humano por un futuro brillante y aventuroso. Y en su novela
Estrella Distante, uno de los personajes escribe relatos de
ciencia-ficción para oscuros fanzines, así como así. Así también,
la fascinación por los artefacos y métodos de la ciencia-ficción
ha arrebatado a muchos otros escritores como Michael Chabon con
novelas como Las aventuras de Kavalier and Clay (en la que se explora
la creación de un personaje de ciencia ficción, tal cual es
Superman) y El sindicato de policía Yiddish (una ucronía que mezcla
novela negra). Pero todos estos referentes no escribían directamente
ciencia-ficción, sino que se acercan a ella por su propio brillo de
oropel. Una estética que se introduce a la vena en forma temprana, a
través de las imágenes de seriales de televisión. Qué mejor forma
de develar esto que es por propia boca de Robles Martínez:
“Editorial Totec me envió un formulario y un catálogo con sus libros que eran de pequeño formato, de papel roneo, tal como los que se hacían en los años cincuenta. Libritos de no más de cien páginas que, según ellos, se vendían como pan caliente en el circuito (no tan reducido como se cree) de los lectores de ciencia-ficción. Las portadas de sus libros eran bastante rocambolescas, con los clásicos marcianos chillones saliendo de una nave o un enorme gorila con cabeza de serpiente aplastando con su pie a una ciudad.”
Aquí, la idea es que la
ciencia-ficción es tan rica como concepto que puede ser por sí
misma un objeto de deseo y exploración. Por que hay veces en
que los autores son más interesantes que su misma obra. Por ejeplo,
H. Beam Piper, un escritor de novelitas de space opera de los años
1970's, que vivía en un remolque y era guardia nocturno para el
ferrocarril. Su existencia no fue muy feliz por la cantidad de
enredos familiares y económicos que sufría, que lo llevaron al
suicidio creyéndose un fracasado. Pero no era así, lo que pasó fue
que su agente había muerto hacía un tiempo y nunca le comunicó las
ventas de sus obras. O está el personaje de la novela de Kurt
Vonnegut, Desayuno de Campeones, que está basado en el escritor de
ciencia ficción Theodore Sturgeon. El personaje es un escritor de
novelitas de CF muy famoso, con el detalle de que no lo sabe y es
pobre como una rata, que es invitado de honor por primera y única
vez a una convención de CF en un pueblo del medio oeste americano,
creo. Como no tiene dinero, el escritor se ve obligado a irse a pie,
lo que implica un viaje de muchos días maldurmiendo y peor comiendo.
Para su infortunio, llega al cierre de la convención.
La ciencia-ficción está llena de
estos ejemplos, pero que se anulan con el uso de la palabra espacial.
Es necesario ver a través de la ficción para ver esta otra ficción,
quizás más rica, que nos habla de la dicotomía de la miseria
humana y el futuro cósmico.
- La novela coral. Un monstruo con múltiples cabezas.
Pablo Rumel vuelve a decir en una
entrevista: “Me gusta esa esquizofrenia de asumir voces que no son
de uno. Yo creo, al revés de lo que dice Fernando Vallejo, que uno
sí puede impostar voces y comenzar a hacer hablar personajes que ni
remotamente se parecen a uno en la vida cotidiana. Soy un convencido
de que somos una pluralidad de yoes, siempre estamos cambiando. Nos
creemos el cuento de que somos sólo una persona y adoptamos una
única personalidad, cuando podríamos ser una multitud.”
La ficción coral es antigua. Recuerdo
a Rashomon, de Akutagawa, en donde un grupo de personajes relata un
mismo hecho desde sus propias perspectivas personales. Allí el juego
era cómo la verdad se acomodaba los intereses de cada quien.
Asimismo la novela de Rumel nos ofrece una imagen fractal del
escritor maldito y la realidad (que es solo un algo medio consensuado
entre todos) y cada parte es un todo infectado de miedo. Pero, en El
Secuestro, la intención cambia y se transforma en el testimonio de
una máquina invisible que tiene permiso para quebrantar almas
humanas, en pos de un objetivo último que nunca se dilucida. La
excusa es la entidad siniestra, pero en nuestra realidad, este
organismo es más siniestro y más mañoso. No nos mata directamente,
es más invisible, y nos entumece el cerebro con contenido más que
descartable en diarios, televisión y otros medios, nos hace trabajar
jornadas tan extensas que no nos permite ningún tiempo libre, nos
condena a deudas que cargamos de por vida y heredamos a inocentes.
Esto es un tipo peor de asesinato, el asesinato de generaciones
enteras por parte de un élite que maneja una maquinaria extensa para
su propio beneficio, para siempre estar arriba.
- Robles Martínez.
Jesús Robles Martínez, fue
ingeniero
mexicano,
así como pilar de las primeras organizaciones de estudiantes
politécnicos. Mientras que Pedro José Robles Martinez nació en
Caravaca de la Cruz y Miguel Angel Robles Martinez le llaman Mike, el
águila real de Irapuato. En tanto que Juan Robles Martinez es, o lo
fue, tesorero de la ciudad de Tlanepantla. Facebook está lleno de
estos ejemplos: Juan Carlos Robles Martinez, Alicia Robles Martinez,
Israel Robles Martinez, Jesús Robles Martinez, Carolina Robles
Martinez, Carlos Robles Martinez, Gloria Robles Martinez, Daniela
Robles Martinez, Javier Robles Martinez, José Robles Martinez,
Rodrigo Robles Martinez, David y Antonio Robles Martinez, Luis y
Santiago Robles Martinez, María Luisa Robles Martinez, Susana y
Mario Alberto Robles Martinez, José Joel y Alex Robles Martinez,
Jordi Robles Martinez, Margarita y Diana Robles Martinez. Por
último, Aurora Karina Robles Martinez, una chica que vive en Zapopan
y ha escrito dos libros de peces marinos e invertebrados.
Podría ser cualquiera, pero tengo la
sensación de que nunca lo vamos a saber. Sin embargo hay una
trilogía esperando a ser completada que lo tiene como protagonista.
La vida parece misteriosa así mirada.
Luis Saavedra. Junio.
Santiago de Chile.
6/8/12
Vilú, la historieta
El dibujante Reinaldo Lay junto a Emiliano Navarrete han realizado una adaptación en historieta de la nivola "Vilú, la renovación de los tiempos" de Jorge Araya, adjuntamos la portada de dicha experiencia y el link respectivo para que lo lean en la brillante iniciativa de GVA, "Sinfonías Sencillas" en el siguiente Enlace.
3/8/12
El secuestro de Robles Martínez en Goodreads
Nuevamente está disponible en GoodReads, sitio que sirve para ostentar y ordenar las lecturas que uno lleva en cuerpo y mente. Desde ahora, la obra de Pablo Rumel "El secuestro de Robles Martínez" está disponible en aquel sitio para que puedan votar con las estrellitas que se merezcan la gran novela negra del joven autor, les dejo el link.
1/8/12
"Vilú, una novela que pudo ser mejor" reseña de Javier Maldonado
Tengo que ser claro: La idea es buena, pero la forma no tanto. El libro parte lento...o al menos a mi me costó enganchar. De la segunda mitad en adelante mejora bastante. Algunas de las reflexiones, que hacen tanto el narrador como los personajes, me parecieron interesantes, pero creo que faltó desarrollo. Lo que si aplaudo son algunos giros que no me esperaba...por eso digo que de la mitad hacia adelante el libro agarra vuelo, pero no es suficiente. Al Dr. Blood (o Jorge Araya) le falta trabajar más los personajes, darles más vida...se sienten demasiado unidimensionales, estereotipados, clichés, o como quieran llamarle. Lo mismo pasa con los diálogos que se sienten demasiado rígidos...poco creíbles, como si un personaje fuera interpretado por un mal actor. Pasé un buen rato leyendo "Vilú", sobre todo en las últimas páginas, pero, insisto, el libro necesitaba un mayor trabajo de edición...quizás, incluso, una reescritura.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)