26/8/12

"Narraciones Extravagantes", reportaje gráfico por Intaterrícola anónimo

Visiones intraterricolas son los responsables del reportaje gráfico del libro "Narraciones Extravagantes" del autor Gonzalo Fernández, el músico Aterrmata en un espectáculo relámpago y secreto cambió las frecuencias sonoras del Café Cómics. Mientras que Omar Vega presentó la obra del desconocido autor.





























































































































































































































24/8/12

Tue Tue y sus Narraciones Extravagantes, por Omar Vega


El editor de la Biblioteca de Chilenia, Emiliano Navarrete, me solicitó presentar el lanzamiento del libro de un autor, para mi, desconocido. Se trataba de Gonzalo Fernández, mas conocido en el fandom como Tué Tué, quien estaba incursionando con una colección de cuentos para adultos. Debido a la falta de tiempo, Emiliano me pasó el libro en estación Santa Lucía del Metro, cerca de mi trabajo, y de allí nos fuimos caminando y conversando rápidamente, por un par de minutos. El hacia otro compromiso y yo de vuelta a mi trabajo.

Para mí, se trataba de un misterio. De partida, Emiliano ya me había contado que todos sus libros tenían la misma portada. Y en aquella se aprecia claramente la pica en rojo y amarillo, claros indicadores de España, pero enmarcada en la estrella araucana de 8 puntas, la Guñelve, quien según algunos representa a Venus y de acuerdo a otros a la flor del canelo, pero que sin dudas es un signo del pueblo Mapuche, que tomó prestado el pueblo chileno para su propia bandera. El fondo era parcialmente azul, del color profundo que es sagrado en la cosmología Mapuche, y finalmente el blanco de la nieve dejaba en claro que hablaba de Chile, y que estaba ante gente que algo sabía de simbología.

Arriba se proclamaba en letras pequeñas a su autor: Gonzalo Fernández, junto al extraño título de Narraciones Extravagantes. Eso despertó mi curiosidad, y leí la siguiente proclamación: “sigue buscando cual será su cara definitiva, que construye diariamente, esa que represente cada una de las personalidades que padece este extraño sujeto que soy yo…”.

Eso es raro, pensé, e imperdonable si el seudónimo fuese alguien de mi generación, pero de inmediato vi que había nacido en 1985. Ah… un joven –pensé- en busca de su destino, ya se le pasará. Pero la explicación surgió de inmediato al ver que era Ingeniero Civil en Informática, pues, al ser yo mismo informático, puedo dar fe que jamás he visto a nadie cuerdo que trabaje en tecnologías de la información.

Para rematarla, busqué lo que significaba el sinónimo Tué Tué, que nuestro autor usa en sus redes sociales, así que recurrí a un video donde el agudo académico Salfate se manda un discurso de 15 minutos sobre el Tué Tué o Chonchón. Ahí me di cuenta que correspondía al viejo mito de la lechuza que anuncia la muerte, y que sería una especie de vampiro que les robaría la energía a los enfermos hasta mandarlos a la tumba.

Miré las primeras páginas y me encontré con algo parecido al logo de Batman. Era un dragón alado tocando el Kultrún. ¿Qué extraño, me dije, dónde he visto esto antes? Estaba seguro que el incluir imágenes de rock satánico en libros de cuentos ya se había hecho.

Con estos antecedentes extraños, me aboque a leer el libro lo más rápidamente posible, para hacer una presentación decente, y salir del paso del compromiso. Me dije a mi mismo que no soy un novato en presentar libros, y entre mis haberes tengo la participación en el lanzamiento de la Segunda Enciclopedia de Tlön de Sergio Meier, que es uno de los libros más bellos y complejos que jamás leí. En comparación, esto será fácil, pensé. Es sólo un libro de cuentos.


Pero entonces dejé mis prejuicios de lado y comencé a hacer lo único que alguien debe hacer para juzgar una obra: leerla. Pues jamás debemos juzgar una libro por su cubierta, ni por el autor, y ni siquiera por la imagen que este autor proyecta. Si tiene pinta de actor de cine, nada nos asegura que su obra sea bella. Si es rico, puede que su literatura no valga ni un peso. Si es pobre, puede que esté escribiendo oro brillante. Si se presenta como artista de rock, puede que sus escritos no suenen bien. Si se cree grande puede que sea un enano y viceversa. La literatura tiene una larga historia de personajes que no concuerdan con lo que escriben. Y estoy cierto que a pocos nos gustaría encontrarnos en persona con un Poe o un Lovecraft, que nos desilusionaríamos de Philip K. Dick, y que jamás dejaríamos nuestros hijos pequeños al cuidado de Lewis Carol, ni menos de Platón.

Entonces comencé a leer y encontré un tesoro. Lo primero que hallé fue una lección, una cita de Edgard Allan Poe, que dice “Todo lo que vemos o parecemos es un sueño dentro de otro sueño”, y que me hizo de inmediato recordar La Vida es Sueño de Calderón de la Barca, la Metáfora de la Caverna, de Platón, y La Matrix. Todo lo cual me revelaba a un autor profundamente angustiado con la metafísica de la vida.

No voy a revelar las tramas y naturaleza de los cuentos, pero si quiero decir que me gustaron muchos de ellos. Se trata de historias cortas donde más allá de la trama y de los personajes, lo importante es una idea que les da vida. Nos encontramos en ellos con seres extravagantes y con personajes extraños, a veces en entornos sobrenaturales, pero siempre en ambientes chilenos, muchos de los cuales son cercanos a Concepción, lo cual revela raíces.

Gonzalo Fernández nos habla de las fuerzas telúricas de Chile, y de los animales míticos que las generan, asociando a monstruos gigantescos con fenómenos naturales. En su libro se ven ecos de Jorge Baradit, y del autor de fama internacional China Melville, en particular de su Estación de Calle Perdido. Pero principalmente sus fuentes son la mitología Mapuche y la popular del campo Chileno, y también la del gran mitólogo chileno Miguel Serrano, quien trajo elementos nórdicos y de la mitología nazi al escenario sobrenatural nacional. Sin olvidar que la influencia de Lovecraft parece permear todos los relatos. Pocos saben que la mitología de Serrano ha tenido una fuerte influencia en la literatura chilena, y que se le puede ver tanto en Los Altísimos de Hugo Correa, como en Caliz, Thule y los Dioses de Antonio Montero, y en la obra de Baradit, entre muchos autores. Y no es extraño pues mitos como los de la Tierra Hueca con una entrada en la Antártida, Ygdrasil, el árbol del mundo, y la geománcia de puntos terrestres, son irresistibles para crear literatura. Recuerdo que años atrás Serrano envió una carta a La Segunda, reclamando que se respetaran los nombres geománticos originales de los cerros San Cristobal y Santa Lucía, que debían ser Tupahue y Huelén, respectivamente. El reclamaba que la tierra poseía puntos mágicos, donde se centraban las energías, que podían ser dominadas por brujos e ingeniería mística.

Gonzalo nos habla de animales asociados a puntos naturales, los ríos y las cumbres de las montañas, que se despiertan ante la intervención humana, generando catástrofes. Se trata de criaturas gigantescas, cual las lombrices monumentales de Duna, y que tienen en sus historia tanta fuerza como aquellas. Todos seres que quizás tengan su origen en la antigua leyenda Mapuche de la creación, y de las serpientes del mar y de la tierra, quienes crearon a Chile en un cataclismo provocado por una batalla crucial.

También nos habla de criaturas fantásticas de la fantasía universal, pero que tienen un brillo especial e inesperado en sus historias.

En muchos de sus cuentos se puede interpretar de forma ambigua la causal de la acción. ¿Realmente ocurrió por un hecho sobrenatural? ¿O acaso estamos ante la descripción de la esquizofrenia?

Además, nos encontramos con muchos otros tipos de relatos, desde instrospecciones , análisis de nuestra sociedad enferma y teorías conspiratorias, como aquella de que los gringos controlan el clima, hasta discusiones filosóficas, como una en donde medita sobre la muerte. Por sobre todo, tendré que releerlo para investigar el origen de muchos mitos que aparecen en él.

¿Qué puedo decir del libro? Que aprendí muchísimo leyéndolo, y que me hizo pensar en todo lo dicho. Que pasé un buen tiempo leyéndolo y que lo recomiendo. Y que le deseo mucha suerte a Gonzalo Fernández.






22/8/12

19/8/12

Narraciones Extravagantes en GoodReads


Ya está disponible en GoodReads la obra de Gonzalo Fernández "Narraciones Extravagantes" para que puedan votar con las estrellitas que se merezcan el compendio de terror y ciencia ficción humorística del joven autor. Pasen con confianza al siguiente link.

12/8/12

Biblioteca de Chilenia en Librería GatoPez

Librería GatoPez, especializada en literatura de terror, ciencia ficción e ilustración, incorpora dentro de su catálogo a la Biblioteca de Chilenia, pueden buscar "Vilú, la renovación de los tiempos", "El secuestro de Robles Martínez" y en exclusiva "Narraciones Extravagantes" en su acogedor local. Revisen el mapa para que no se pierdan.

10/8/12

Ocultismo, un cuento perdido de Narraciones Extravagantes


El proceso creativo de "Narraciones Extravagantes" de Gonzalo Fernández ha sido el desafío editorial más crudo que halla tenido el equipo editorial de la Biblioteca de Chilenia. Clepanto, Gonzalo y yo tuvimos que aprender a controlar nuestra pasión para concentrarnos en la calidad. El autor se ha esmerado en mejorar su carácter como su gramática, mientras que Clepanto se puso a prueba con el borrador del compilado, mientras que yo he tenido que sortear muchos imprevistos en estos cinco meses de trabajo. El siguiente cuento, "Ocultismo", ha sido descartado más que nada por motivos económicos. Disfruten de este bocado previo al lanzamiento de "Narraciones Extravagantes".
.·. 

– Mira los secretos que se muestran en la puerta de la catedral.
– Por favor Iván, son solo esculturas hechas por un artista.
– Sí es cierto, Manuel. Sin embargo, mira esta escultura de Moisés, nota que tiene cuernos en la cabeza y según algunos escritos ocultistas, eso es un simbolismo de sabiduría y él era un gran sabio. –Hizo una pausa para buscar otra escultura en la segunda puerta de la catedral, seguido por su amigo– Mira esta otra, aquí se ve un ave en su nido, la cual es un pelícano, el signo del sacrificio, el olvido de sí mismo, que usan en la masonería.
– ¡Por Dios! No te das cuenta que esto fue un criterio del artista más que entregar un mensaje. Es algo plenamente subjetivo y nada más. No hay secreto en todo esto.
– Tal vez tengas razón, Manuel. Sin embargo, siento que hay algo básico en todo este simbolismo que le dieron los artistas a su obra, sin importar si deformaron o no ese conocimiento con su subjetividad.
– En fin, mejor voy ver si llegaron los otros ¿Me acompañas?
– No Manuel. Me quedaré un rato más mirando esta puerta.
– Está bien, pero no demores.

Iván contemplaba la gran puerta de la catedral de la ciudad de Concepción, maravillado por los simbolismos que veía en las esculturas de metal. De pronto, sin previo aviso, él empieza a ver fórmulas matemáticas desordenadas, diagramas y extraños rectángulos que cubrían tridimensionalmente el edificio que tenía al frente suyo. Sin embargo, no parece sorprendido por el evento, y con su mano mueve algunos ecuaciones y diagramas, como si fueran hojas que arranca de un árbol, y crea algo que no tiene sentido alguno para un hombre de ciencia. Cuando termina de reunir todas las piezas de su obra extraña, aparece un círculo lumínico entre él y la puerta de la catedral, que no es notado por las personas que transitan por la calle adyacente, solo por Iván quien sin mucho temor ingresa por él, para luego cerrarse por completo.

Manuel llega al lugar donde estuvo su amigo, pero no sabe por qué tenía que ir ahí. Intentaba hacer memoria de la razón que le llevó estar en ese lugar precisamente, como quien trata de recordar un sueño. Sin embargo, no pudo recordar y decidió ir donde estaba su grupo de amigos que lo esperaba para ir al Barrio Estación. Manuel no lo sabía, pero Iván había trascendido a un plano de la realidad desconocido por él y que provocó que su existencia fuera un recuerdo nebuloso en la memoria y registros de todos. Iván no se convirtió en un dios, sino en un explorador de los secretos de las distintas capas de la realidad y del multiverso.

8/8/12

Luis Saavedra presentando "El secuestro de Robles Martínez"

  1. La ciencia-ficción como objeto y tema.
Pablo Rumel dice en una entrevista sobre su novela: “Es una mixtura que vista desde muy lejos (o muy cerca) se emparenta con la novela negra y la ciencia-ficción. Combina ambos elementos en diversas dosis, aunque no me gusta catalogar lo que hago, pues me salió la novela de esa forma. No hubo una intención deliberada, hecha totalmente a conciencia de mi parte, de mezclar novela negra con ciencia-ficción.”

Recuerdo a Bolaño y su admiración por los autores rusos de ciencia-ficción, una admiración que no nacía del sentido de la maravilla por las ideas tecnológicas o científicas, sino por una estética vintage basada en la esperanza del ser humano por un futuro brillante y aventuroso. Y en su novela Estrella Distante, uno de los personajes escribe relatos de ciencia-ficción para oscuros fanzines, así como así. Así también, la fascinación por los artefacos y métodos de la ciencia-ficción ha arrebatado a muchos otros escritores como Michael Chabon con novelas como Las aventuras de Kavalier and Clay (en la que se explora la creación de un personaje de ciencia ficción, tal cual es Superman) y El sindicato de policía Yiddish (una ucronía que mezcla novela negra). Pero todos estos referentes no escribían directamente ciencia-ficción, sino que se acercan a ella por su propio brillo de oropel. Una estética que se introduce a la vena en forma temprana, a través de las imágenes de seriales de televisión. Qué mejor forma de develar esto que es por propia boca de Robles Martínez:

Editorial Totec me envió un formulario y un catálogo con sus libros que eran de pequeño formato, de papel roneo, tal como los que se hacían en los años cincuenta. Libritos de no más de cien páginas que, según ellos, se vendían como pan caliente en el circuito (no tan reducido como se cree) de los lectores de ciencia-ficción. Las portadas de sus libros eran bastante rocambolescas, con los clásicos marcianos chillones saliendo de una nave o un enorme gorila con cabeza de serpiente aplastando con su pie a una ciudad.”

Aquí, la idea es que la ciencia-ficción es tan rica como concepto que puede ser por sí misma un objeto de deseo y exploración. Por que hay veces en que los autores son más interesantes que su misma obra. Por ejeplo, H. Beam Piper, un escritor de novelitas de space opera de los años 1970's, que vivía en un remolque y era guardia nocturno para el ferrocarril. Su existencia no fue muy feliz por la cantidad de enredos familiares y económicos que sufría, que lo llevaron al suicidio creyéndose un fracasado. Pero no era así, lo que pasó fue que su agente había muerto hacía un tiempo y nunca le comunicó las ventas de sus obras. O está el personaje de la novela de Kurt Vonnegut, Desayuno de Campeones, que está basado en el escritor de ciencia ficción Theodore Sturgeon. El personaje es un escritor de novelitas de CF muy famoso, con el detalle de que no lo sabe y es pobre como una rata, que es invitado de honor por primera y única vez a una convención de CF en un pueblo del medio oeste americano, creo. Como no tiene dinero, el escritor se ve obligado a irse a pie, lo que implica un viaje de muchos días maldurmiendo y peor comiendo. Para su infortunio, llega al cierre de la convención.
La ciencia-ficción está llena de estos ejemplos, pero que se anulan con el uso de la palabra espacial. Es necesario ver a través de la ficción para ver esta otra ficción, quizás más rica, que nos habla de la dicotomía de la miseria humana y el futuro cósmico.

  1. La novela coral. Un monstruo con múltiples cabezas.
Pablo Rumel vuelve a decir en una entrevista: “Me gusta esa esquizofrenia de asumir voces que no son de uno. Yo creo, al revés de lo que dice Fernando Vallejo, que uno sí puede impostar voces y comenzar a hacer hablar personajes que ni remotamente se parecen a uno en la vida cotidiana. Soy un convencido de que somos una pluralidad de yoes, siempre estamos cambiando. Nos creemos el cuento de que somos sólo una persona y adoptamos una única personalidad, cuando podríamos ser una multitud.”

La ficción coral es antigua. Recuerdo a Rashomon, de Akutagawa, en donde un grupo de personajes relata un mismo hecho desde sus propias perspectivas personales. Allí el juego era cómo la verdad se acomodaba los intereses de cada quien. Asimismo la novela de Rumel nos ofrece una imagen fractal del escritor maldito y la realidad (que es solo un algo medio consensuado entre todos) y cada parte es un todo infectado de miedo. Pero, en El Secuestro, la intención cambia y se transforma en el testimonio de una máquina invisible que tiene permiso para quebrantar almas humanas, en pos de un objetivo último que nunca se dilucida. La excusa es la entidad siniestra, pero en nuestra realidad, este organismo es más siniestro y más mañoso. No nos mata directamente, es más invisible, y nos entumece el cerebro con contenido más que descartable en diarios, televisión y otros medios, nos hace trabajar jornadas tan extensas que no nos permite ningún tiempo libre, nos condena a deudas que cargamos de por vida y heredamos a inocentes. Esto es un tipo peor de asesinato, el asesinato de generaciones enteras por parte de un élite que maneja una maquinaria extensa para su propio beneficio, para siempre estar arriba.

  1. Robles Martínez.

Jesús Robles Martínez, fue ingeniero mexicano, así como pilar de las primeras organizaciones de estudiantes politécnicos. Mientras que Pedro José Robles Martinez nació en Caravaca de la Cruz y Miguel Angel Robles Martinez le llaman Mike, el águila real de Irapuato. En tanto que Juan Robles Martinez es, o lo fue, tesorero de la ciudad de Tlanepantla. Facebook está lleno de estos ejemplos: Juan Carlos Robles Martinez, Alicia Robles Martinez, Israel Robles Martinez, Jesús Robles Martinez, Carolina Robles Martinez, Carlos Robles Martinez, Gloria Robles Martinez, Daniela Robles Martinez, Javier Robles Martinez, José Robles Martinez, Rodrigo Robles Martinez, David y Antonio Robles Martinez, Luis y Santiago Robles Martinez, María Luisa Robles Martinez, Susana y Mario Alberto Robles Martinez, José Joel y Alex Robles Martinez, Jordi Robles Martinez, Margarita y Diana Robles Martinez. Por último, Aurora Karina Robles Martinez, una chica que vive en Zapopan y ha escrito dos libros de peces marinos e invertebrados.
Podría ser cualquiera, pero tengo la sensación de que nunca lo vamos a saber. Sin embargo hay una trilogía esperando a ser completada que lo tiene como protagonista. La vida parece misteriosa así mirada.


Luis Saavedra. Junio. Santiago de Chile.

6/8/12

Vilú, la historieta

El dibujante Reinaldo Lay junto a Emiliano Navarrete han realizado una adaptación en historieta de la nivola "Vilú, la renovación de los tiempos" de Jorge Araya, adjuntamos la portada de dicha experiencia y el link respectivo para que lo lean en la brillante iniciativa de GVA, "Sinfonías Sencillas" en el siguiente Enlace.

3/8/12

El secuestro de Robles Martínez en Goodreads

Nuevamente está disponible en GoodReads, sitio que sirve para ostentar y ordenar las lecturas que uno lleva en cuerpo y mente. Desde ahora, la obra de Pablo Rumel "El secuestro de Robles Martínez" está disponible en aquel sitio para que puedan votar con las estrellitas que se merezcan la gran novela negra del joven autor, les dejo el link.

1/8/12

"Vilú, una novela que pudo ser mejor" reseña de Javier Maldonado

Tengo que ser claro: La idea es buena, pero la forma no tanto. El libro parte lento...o al menos a mi me costó enganchar. De la segunda mitad en adelante mejora bastante. Algunas de las reflexiones, que hacen tanto el narrador como los personajes, me parecieron interesantes, pero creo que faltó desarrollo. Lo que si aplaudo son algunos giros que no me esperaba...por eso digo que de la mitad hacia adelante el libro agarra vuelo, pero no es suficiente. Al Dr. Blood (o Jorge Araya) le falta trabajar más los personajes, darles más vida...se sienten demasiado unidimensionales, estereotipados, clichés, o como quieran llamarle. Lo mismo pasa con los diálogos que se sienten demasiado rígidos...poco creíbles, como si un personaje fuera interpretado por un mal actor. Pasé un buen rato leyendo "Vilú", sobre todo en las últimas páginas, pero, insisto, el libro necesitaba un mayor trabajo de edición...quizás, incluso, una reescritura.